Oración

El Plan Maravilloso de Dios para la oración

Ben & Mary Jean Jennings

La oración trasciende los límites de nuestro mundo finito.

Dada por la misma naturaleza de Dios, trata con el Creador y lanza a las personas al vasto ámbito de Dios mismo.

Romanos 8:26-27 describe esta acción:
“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Pues no sabemos cómo pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no se pueden expresar. Y aquel que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios” (NVI, ajustado para reflejar el griego original).

La oración puede representarse como un círculo cósmico que involucra a cuatro participantes principales. En el punto más alto está Dios Padre, a quien está dirigida la oración. Tres intercesores participan en esta acción:

  1. El primer intercesor, en la posición de las “tres en punto,” es Dios, el Espíritu Santo. Él no articula verbalmente sus profundos anhelos, sino que utiliza a los intercesores humanos para expresarlos (véase el versículo 27).

  2. El segundo intercesor, en la humilde posición de las “seis en punto,” es el cristiano que ora y busca mejorar en la oración.

  3. El tercer intercesor, en la posición de las “nueve en punto,” es Cristo Jesús. Según Apocalipsis 2:18, 23, Él es la Persona en la Trinidad que examina las mentes y los corazones humanos. Él ora por las oraciones que recibe de Su pueblo.

Un escenario dramático se desarrolla aquí: Dios, el Espíritu Santo, recibe continuamente los propósitos del Padre y anhela su cumplimiento. Él expresa estos gemidos dentro de los cristianos que oran, manifestándolos como preocupaciones, cargas e incluso ansiedades.

Dios, el Hijo que examina los corazones, recibe esos anhelos a través de Sus discípulos que oran. Él los perfecciona, les da poder, los presenta de nuevo al Padre, los hace realidad (Juan 14:13) y, de esta manera, completa el circuito de la acción de Dios en el mundo.

Cuatro Conclusiones Sobresalientes

  1. Cuando oras, entras en el ámbito del plan de Dios para la humanidad.
  2. Tu oración conecta la pasión del Espíritu con el poder de Jesús.
  3. Orar no cambia la voluntad de Dios; realiza Su voluntad (Mateo 6:10).
  4. Orar es Dios obrando a través de ti.

Por muchos años y en diversos lugares, la rica voz barítona del Dr. Ben A. Jennings, Th.B., D.D., ha inspirado a los seguidores de Cristo a deleitarse en el maravilloso plan de Dios para la oración.

Adaptado de The Arena of Prayer, Dr. Ben Jennings, ©1999, New Life Publisher

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