Adviento

La Historia Comienza y Termina con Jesús

Entro a la biblioteca. Huele a libros. Mientras reviso los estantes, veo un título familiar. Lo tomo, leo la primera página y luego salto a la última. Después cierro el libro y lo regreso al estante.

¿Alguna vez has intentado hacer esto con tu Biblia? Inténtalo. Busca un lugar cómodo, abre tu Biblia y lee la primera y la última página.

En mi Biblia, las últimas páginas incluyen las palabras:
“Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin” (Apocalipsis 22:13).

Jesús se describe como el Alfa y la Omega, las primeras y últimas letras del alfabeto griego. Es como si dijera: “Soy la A y la Z”.

Por eso tiene sentido que Jesús también aparezca en la primera página de la Biblia. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” es la primera frase que encontramos (Génesis 1:1). Jesús, quien es Dios, estaba ahí desde el principio y por medio de Él fueron creadas todas las cosas (Juan 1:1-3). Él estuvo primero, y Él regresará. Jesús fue, es y será. Al llamarse a sí mismo el Alfa y la Omega, Jesús reafirma que es eterno.

Lo eterno frente a lo temporal

Es difícil para nosotros, como humanos, comprender la eternidad. Casi todo lo que conocemos tiene un límite: los estudios terminan, las vacaciones acaban y hasta los tamales tienen un final. Vivimos en un momento específico de la historia, con una visión limitada del pasado y sin saber qué traerá el futuro.

A veces, los eventos globales o nuestras propias circunstancias nos generan ansiedad, miedo o frustración. Todo parece tan incierto. Sin embargo, en medio de este caos, Jesús, nuestro Alfa y Omega, nos encuentra.

El Alfa y la Omega entra en nuestra historia

En un pequeño pueblo llamado Belén, el Alfa y la Omega, quien escribió la historia, entró en ella.
“El primogénito de toda la creación” nació en el momento perfecto de la historia (Colosenses 1:15). Los ángeles celebraron su llegada con gran júbilo, porque Jesús no solo nació, sino que lo hizo en un imperio marcado por corrupción, maldad y conflicto político.

 

Jesús fue el cumplimiento de las profecías de Isaías: “Así dice el Señor, el Rey de Israel, su redentor, el Señor de los ejércitos: Yo soy el primero y yo soy el último; fuera de mí no hay Dios” (Isaías 44:6).

Jesús, nuestro Alfa y Omega, existía antes de la creación y regresará algún día para reinar eternamente. Él es la constancia que anhelamos en un mundo cambiante y lleno de incertidumbre.

Un plan eterno

El plan de Dios, eterno y perfecto, se está desarrollando. Lo que vivimos ahora no es el final, sino un capítulo más en Su historia. Aunque nuestra visión es limitada, Dios conoce nuestra historia completa y cómo esta se entrelaza con Su propósito eterno.

Celebra al Alfa y la Omega esta Navidad

Esta Navidad, recuerda que Jesús, el Alfa y la Omega, irrumpió en la historia para darnos esperanza y salvación. Él, que estaba desde el principio y será hasta el final, también está en medio de tu historia.

Invita a Jesús a ser parte de tu vida en esta temporada. Haz de esta Navidad un momento para celebrar Su entrada en la historia de la humanidad y en tu propia vida.

Jesús no solo es el principio y el fin; Él es quien da sentido a todo lo que hay en medio.

 

Foto: EC

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