Adviento

Dios con nosotros

“El mundo yacía largamente en pecado y error, ansiando hasta que Él apareció y el alma sintió su valor. Una emoción de esperanza, el mundo cansado se regocija, porque más allá amanece una mañana nueva y gloriosa.”

Estas líneas de la canción Noche de Paz capturan de manera sublime el asombro del nacimiento de Cristo y lo que significa para nosotros. Es una de mis canciones favoritas de Navidad, porque cada frase nos invita a reflexionar profundamente sobre la verdad que proclama.

“Hasta que Él apareció”

Por siglos, el mundo había estado atrapado en pecado y sufrimiento. Entonces, Él apareció.

No fue solo un bebé más en este mundo. No fue simplemente una joven madre preocupada por si lo estaba haciendo bien o un padre dudando de su capacidad para criar y proveer. Este niño era diferente: era Emanuel, que significa “Dios con nosotros”.

Dios se hizo humano. Vivió entre nosotros. Se convirtió en uno de nosotros para mostrarnos el camino de salida del pecado y la desesperación. El anhelo de salvación llegó a su fin con Su llegada.

El nombre Emanuel encapsula el asombroso misterio de Jesús: totalmente divino y totalmente humano. El Creador del universo se convirtió en un bebé frágil, dependiente y vulnerable en los brazos de una joven. Cuando nos sentimos débiles o agotados, Él nos comprende. Cuando anhelamos un hogar eterno y nos cansamos de este mundo, Él comparte ese sentir.

Un Dios que entiende nuestras luchas

Jesús, quien da la vida, experimentó hambre, fatiga y dolor. El Rey de reyes caminó por polvorosos caminos, fue tentado, incomprendido y rechazado por aquellos que Él mismo creó. La infinitud de Dios eligió volverse finita para alcanzarnos.

Esto significa que Jesús entiende nuestras luchas. Cuando enfrentamos rechazo, soledad o desánimo, Él sabe cómo se siente. Más aún, Jesús nos mostró cómo vivir en total dependencia de Dios, incluso en medio de las dificultades.

¿Por qué lo hizo? Por una sencilla razón: nos ama.

“Hasta que Él apareció y el alma sintió su valor”

Cuando reflexiono sobre Emanuel, mi alma siente su valor. En Jesús veo un Dios que me mira a través de la historia y declara: “Ella es mi hija, y haré esto para rescatarla”.

El hecho de que Jesús eligiera ser Emanuel demuestra el profundo amor que siente por cada uno de nosotros. Él soportó el sufrimiento para darnos un camino de salvación. Fue motivado por Su deseo de tener una relación personal con nosotros.

“Una emoción de esperanza, el mundo cansado se regocija”

Contemplar a Emanuel nos llena de esperanza en medio de un mundo cansado y abrumado. Su nacimiento nos promete vida nueva. Y lo mejor es que no fue solo Dios con nosotros durante Su tiempo en la tierra.

Jesús sigue siendo Emanuel hoy. Camina con nosotros en cada paso de nuestras vidas, ofreciéndonos Su amor, gracia, paz, gozo y poder. Sin importar por lo que estemos pasando, Él está con nosotros.

Celebra a Emanuel esta Navidad

En esta Navidad, mientras celebramos el nacimiento de Cristo, recuerda que Dios está contigo. Él venció todo obstáculo para que podamos experimentar Su presencia. En medio de nuestras luchas diarias, tenemos la promesa de un Salvador que entiende, acompaña y transforma nuestras vidas.

Jesús es y siempre será Emanuel, Dios con nosotros.

Reflexiona: ¿Cómo puedes experimentar más profundamente la presencia de Immanuel en esta Navidad?

Conoce más sobre Jesús aquí.

 

Foto: EC

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