La depresión no se siente como ninguna otra enfermedad.
La depresión me asustaba. Me asustaba sentir que me estaba ahogando en un abismo. Me asustaba mirarme en el espejo y no reconocerme, o peor aún, odiar a la persona que veía. Me asustaba contemplar formas de matarme, porque me sentía tan desesperado.
Como amigo o familiar de una persona deprimida, ¿qué haces?
Para un cristiano, la depresión a menudo tiene dos lados: ir en espiral hacia abajo y al mismo tiempo odiarte a ti mismo por ir en espiral hacia abajo. Se siente como algo que deberías poder orar para que se vaya.
Ya sea que no estés seguro si tu ser querido realmente está deprimido, o tengas miedo de dejarlo solo por lo que podría hacer, aquí hay 3 cosas que tu amigo necesita de ti en este momento:
1. Tu presencia. Tu amigo no necesita soluciones, consejos o discursos motivacionales. Necesita a alguien que se siente a su lado y la sostenga mientras llora. Necesita a alguien que le haga preguntas y trate de entender lo que está pasando. Podrías preguntarle a tu amigo, "¿Cómo estás?" Pero una mejor pregunta sería "¿Cómo está hoy?"
Envía un mensaje de texto. Revisa, con frecuencia. Ora por él y con él si se siente bien con eso.
(Nota: Si temes que tu amigo esté pensando en suicidarse, insístele fuertemente en que busque ayuda profesional de un médico o consejero de inmediato.)
2. Tu cuidado por sus necesidades físicas. La depresión es fisiológica, no solo psicológica. Nunca olvidaré cuando mis amigos Ana y Rafa entraron a mi apartamento con flores frescas y tacos de pollo caseros. No preguntaron si mi esposo y yo necesitábamos cena. Simplemente la trajeron. "No quieres cocinar cuando las cosas están malas", dijo Ana.
Saca a tu amigo de la casa para dar un paseo. Invítalo a unirse a ti en algo que de todas formas estarías haciendo.
3. Tu paciencia. Probablemente no va a ser divertido estar cerca de ella. Las funciones sociales podrían sentirse imposibles para ella. La charla banal podría hacerla querer arrancarse el pelo. Pero ella necesita saber que es amada.
La voz en la cabeza de tu amigo que le dice lo que debería hacer más y ser más probablemente es parte de lo que causó su depresión. Necesita tu suave recordatorio de que incluso en su no hacer nada en absoluto, es amado y perfectamente aceptable para Jesús.
Amar a una persona deprimida es agotador y exigente. No hubo una solución rápida y fácil para mí, y mi esposo a menudo se sentía impotente. Así que recuerda extenderte gracia a ti mismo. Necesitas amigos seguros para ayudarte a procesar tus propios sentimientos.
Cuando estaba en el abismo, rara vez sentía el amor o la presencia de Dios. Cuando leía la Biblia o lloraba solo ante Él, escuchaba su silencio y sentía su ausencia.
Pero sí experimenté su amor y cuidado a través de otros.
En los momentos más oscuros, seguía llorando: "Dios, ¿dónde estás?"
Pero ahora me doy cuenta de que Él estaba allí a través de mi esposo. Estaba allí a través de amigos como Ana y Rafa.
Él estaba allí, y estará allí. Contigo.
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