Navidad

¿Retrasos Inesperados o Interrupciones Divinas?

Tu pedido está listo, pero hay 15 personas delante de ti en la fila del correo. ¡Qué frustración! Lograste llegar a tu destino navideño, pero tu equipaje no. Solo 12 personas delante de ti en la fila del mostrador de la aerolínea. ¡Qué desesperación!

Puede que hoy no sea tu día... ¿o sí?

En esta temporada navideña, entre las filas en el supermercado, los tumultos en las tiendas y las esperas interminables en el transporte público, nos encontramos hombro con hombro, cara a cara, con desconocidos. Y aunque la tentación de quejarnos o sumarnos al “coro de lamentaciones” es grande, esta Navidad podemos optar por algo mejor.

¿Qué pasaría si viéramos esos retrasos no como molestias, sino como interrupciones divinas? ¿Y si fueran oportunidades para tener conversaciones espirituales con quienes nos rodean?

José, María y un Cambio de Planes

Incluso la primera Navidad estuvo marcada por un cambio de agenda inesperado. María y José tuvieron que desplazarse a Belén justo cuando esperaban el nacimiento de Jesús. Ese contratiempo, que podría haber parecido inoportuno, resultó ser parte del plan perfecto de Dios.

De manera similar, los momentos inesperados que interrumpen nuestra rutina pueden ser una oportunidad para compartir el amor de Cristo. Como escribió Bill Bright en su libro Testigos Sin Miedo:
“Siempre estén listos para compartir su fe. Puede que Dios haya puesto a esa persona en tu camino porque necesita escuchar las buenas noticias.”

Conversaciones con Propósito

Aunque solo dispongas de 5 o 15 minutos en una fila, estos momentos pueden ser significativos. Más allá de ofrecer una sonrisa o decir “¡Feliz Navidad!”, podrías aprovechar el tiempo para tener una conversación que acerque a alguien más a Cristo.

No necesitas presentar las Cuatro Leyes Espirituales completas ni terminar con un llamado inmediato para aceptar a Jesús. A veces, un pequeño paso puede ser suficiente para abrir el corazón de alguien:

  • Una nueva amistad.
  • Un momento de reflexión sobre Jesús.
  • Una invitación a un servicio navideño o a una posada cristiana.

Pasos Prácticos para Transformar Interrupciones en Oportunidades

  1. Ora por paciencia y guía divina.
    Antes de hablar, pide a Dios que te llene de confianza en Cristo y que guíe tus palabras. Incluso mientras escuchas, eleva oraciones en tu mente, como:

    • “Señor, ¿qué quieres que diga ahora?”
    • “Señor, toca el corazón de esta persona.”
  2. Tómalo con calma.
    Las pausas en la conversación no son malas. Si ves que la espera será larga, sé paciente y cómodo con los silencios.

  3. Haz preguntas relacionadas con la Navidad.
    Algunas preguntas sencillas pueden abrir puertas:

    • “¿Qué significa la Navidad para ti?”
    • “¿Qué tradiciones navideñas tienes con tu familia?”
    • “¿Cómo encuentras paz en esta época del año?”

    Detrás de las sonrisas, muchas personas lidian con soledad, pérdidas o dificultades durante la Navidad. Tus preguntas podrían ofrecer consuelo o un espacio para abrirse.

  4. Comparte un poco de tu historia.
    Si surge la oportunidad, habla brevemente sobre lo que la Navidad significa para ti o cómo Jesús ha cambiado tu vida.

  5. Conecta la Navidad con la Pascua.
    Ayuda a las personas a ver la relación entre Jesús, el bebé en el pesebre, y el Salvador que murió y resucitó por nosotros.

Un Llamado para Todos

Bill Bright también escribió:
“Amar a otros y mostrarles a Cristo con palabras y hechos no es una tarea exclusiva de pastores o líderes de ministerio. Es un llamado gozoso para todos los que se identifican como cristianos.”

Esta Navidad, mientras enfrentas interrupciones inesperadas, recuerda que podrían ser oportunidades divinas para reflejar el amor de Jesús a quienes más lo necesitan.

 

Así que la próxima vez que estés atrapado en una fila interminable o en medio de un contratiempo navideño, detente un momento y pregúntate: ¿Es este un retraso molesto o una interrupción divina?

Con un corazón dispuesto y una actitud de gratitud, puedes convertir los momentos más ordinarios en encuentros extraordinarios con el propósito de Dios.

“Aclamen al Señor, habitantes de toda la tierra; sirvan al Señor con alegría; vengan ante Él con cánticos de júbilo” (Salmos 100:1-2).

¡Feliz Navidad! Y que tus interrupciones sean bendecidas.

 

 

 

Foto: Canva

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