A lo largo de la historia han surgido ideas de diferentes personas que han tenido un impacto en la época en que vivieron, y han trascendido a lo largo del tiempo.
Ha habido ideas que han hecho bien a la humanidad, así como ideas que han hecho daño a la humanidad. Por ejemplo, una idea que ha hecho bien es la invención del foco que ha permitido que tengamos luz por la noche en nuestros hogares y en cualquier lugar donde haya una conexión eléctrica.
Una idea que ha hecho mucho mal a la humanidad es la idea de que una raza es superior a las demás. Esto ha causado grandes desgracias como la matanza de grupos por otros que creen ser superiores. Esto lo vimos claramente reflejado en la segunda guerra mundial.
También hay ideas que han afectado la visión y limitado la influencia de los cristianos a lo largo de la historia. Una de esas ideas es el dualismo.
El dualismo es una idea concebida por algunos filósofos griegos. Inicialmente, fue Platón (427-347 A.C.) el que introdujo esta idea. El dualismo según Platón es que existen dos mundos en el ser humano: el mundo de las ideas, que es eterno e inmutable, y la materia (el cuerpo) que es temporal, corruptible, cambiante y falso.
Aristóteles (384-322 A.C.) refuerza esta idea del dualismo, mente y cuerpo.
Plotino (203-270 A.C.) fundador del neoplatonismo, llevó el dualismo a otro nivel sosteniendo que lo externo (cuerpo-materia) limita a lo interno y lo externo es el grado más bajo del ser.
Posteriormente, Agustín de Hipona (354-430 D.C.) quien fuera filósofo y obispo, introduce el dualismo en el cristianismo sosteniendo que la vida eterna representa la vida a la que aspiramos mediante la fe y es lo verdadero, invariable y eterno. En cuanto a lo terrenal, Agustín dice que es la vida que tenemos mediante los sentidos, que es falso, variable y efímero. De aquí en adelante el dualismo permeó en el cristianismo y tuvo sus efectos siglos después.
El dualismo en el cristianismo se resume en que la parte interior del ser humano contiene lo espiritual, lo sagrado y todo lo relacionado con Dios. Por otro lado, la parte exterior contiene lo material, lo secular, lo que no es de Dios.
El resultado histórico del dualismo es que lo sagrado que tiene que ver con Dios, la Iglesia, la teología, las misiones y queda reducido a una sola área en la vida. En cambio, lo exterior abarca todas las demás áreas de la vida que llamamos secular como la política, el trabajo, la educación, la ciencia y la cultura. Esto prevalece hasta nuestros días, ya que toda actividad espiritual y religiosa se limita a los templos, y tiene muy poco que ver con las demás esferas de la vida, por lo tanto, los principios cristianos tienen un impacto nulo en la política, la economía, la educación, etc. Todos estos espacios lo han llenado gente que no conoce a Cristo ni practica sus enseñanzas, de tal manera que la descomposición social nos muestra esta amarga realidad.
LA GRAN TRAGEDIA ES QUE UNA IDEA NOS ENCERRÓ POR SIGLOS EN LOS TEMPLOS Y LA INFLUENCIA CRISTIANA NO SALE DE ESAS CUATRO PAREDES.
En los pulpitos se desanima la participación de los cristianos en esos espacios cuando muchos pastores y líderes cristianos predican que la política es del diablo, que emprender y generar riquezas es mundano, etc.
Debido al dualismo hemos dejado que gente que representa ideologías contrarias a la fe decida muchas de las cosas que suceden en la vida pública. Un claro ejemplo es el movimiento LGTB, que ha logrado influir a millones de personas en el mundo, a través de la música y el entretenimiento, infiltrando gobiernos para que aprueben leyes que favorezcan a su causa y creando fundaciones para financiar sus proyectos. También hay grupos impulsando otras causas como la legalización del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Mientras estas causas avanzan, nosotros los cristianos seguimos ajenos y aislados, nuestra influencia en la sociedad es casi nula porque todo lo que producimos es solo para consumirlo nosotros mismos. Un ejemplo de esto es la música. Casi todas las congregaciones tienen su propio grupo de alabanza, hay muchos jóvenes talentosos en estos grupos. Pero no producen música para influir a la juventud no cristiana. En cambio, los músicos “seculares” influyen a los jóvenes al exaltar antivalores llenos de promiscuidad. Los músicos cristianos pueden producir música con valores Cristo céntricos sin necesidad de ser contratado por una compañía disquera, además pueden promoverse en las redes sociales en forma gratuita.
También necesitamos cristianos en la política, diputados y senadores que sean un peso específico en el congreso y aprueben leyes justas, necesitamos abogados y jueces que impartan bien la justicia y no se vendan, necesitamos gobernantes cristianos íntegros e incorruptibles que trabajen en beneficio de la gente, necesitamos gente con talento empresarial para generar riqueza y crear fundaciones que ayuden a los más vulnerables, así como cristianos en la educación. Hay muchos espacios en la sociedad que necesitan ser llenados por los cristianos. Lo que necesitamos es romper esa idea dualista entre lo sagrado y lo secular, sabiendo que Dios es el Señor de la tierra, las ciudades, los países, no solo en los templos.
Hagámoslo ahora, estamos tarde, pero todavía hay tiempo.
©2024 Cru. todos los derechos reservados.