Recuerdo cuando era niño ver la serie clásica de Batman y Robín. En la serie, cuando había una situación de peligro o algún villano tramaba algo, había un teléfono rojo (aparte de la tan famosa batiseñal). El teléfono rojo era una línea directa con el héroe de la serie para estar al tanto de alguna peligrosa situación. Ante una situación de peligro inminente, se espera que el teléfono rojo emita algún sonido o luz.
Pasaron los años y cuando me encontraba en la Universidad, a través de Cru México, en una reunión de alcance me compartieron el evangelio y conocí a Jesús como Señor y Salvador. Con el paso del tiempo mi relación con él fue creciendo y llegó el momento de la pregunta: Señor, ¿qué quieres de mi vida? Antes de este punto yo ya tenía mi plan de vida trazado; incluso tenía opciones laborales una vez concluida mi carrera universitaria.
El Señor fue claro ante mi pregunta. En un proyecto misionero en las universidades de Santiago de Chile, una mañana, mientras esperaba afuera del hotel a los demás miembros de mi equipo, se acercó una chica con la curiosidad de saber quiénes eran estas personas de aspecto extraño y saber qué es lo que venían a hacer. Fue una plática de horas y esta chica compartió cosas muy difíciles y duras por las que había pasado a lo largo de su vida. Al final el Señor usó esa conversación y ella escuchó las Buenas Nuevas de Salvación y aceptó a Jesús en su corazón. Literalmente pude ver un cambio en su rostro después de haber repetido esa oración de una forma genuina y en voz alta.
Fue en ese momento que me di cuenta de que para el trabajo que tenía pensado post-universidad, había una fila larga de personas que podían cumplir en el puesto. Era un trabajo bastante regular. Pero para lo que acababa de pasar en la vida de esta chica tenía un significado que trascendía más allá de esta vida y había relativamente pocas personas obrando en tales puestos. Tal vez esta no era una situación de villanos y peligro inminente como en la serie clásica, pero había un sonar de un teléfono rojo. Solo que, a diferencia de la serie, yo no era el héroe, sino una cuerda salvavidas entre el héroe y el perdido; además un testigo de cómo el verdadero héroe había salvado una vida.
Han pasado más de 17 años desde que mi respuesta a esa llamada fue un “heme aquí” y he podido tener una óptica diferente desde esa respuesta. En primer lugar, el llamado no es en principio a algún lugar, estrategia, o ministerio en particular. Tales cosas son parte de, pero el primer llamado es a Él.
Hay una relación en cuanto escuchamos la palabra “llamado” con la Gran Comisión (Mateo 28: 18-20). Y sí, la Gran Comisión, el broche de oro (no la postdata) del ministerio de Jesucristo en la tierra, tiene que ver en cuanto al Ir y hacer discípulos suyos de todas las naciones que aprenden a obedecer sus enseñanzas. Pero no es el único enfoque de su mandato. El versículo 18 es clave ya que vemos a un Jesús tomando la iniciativa acercándose a sus discípulos y hablándoles de la autoridad que tiene tanto en el cielo como en la tierra; Él tiene toda la autoridad, no hay nadie por encima de él. No cabe duda, Jesús es quien dijo ser: Uno con el padre (Juan 10:30) y “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:15), y su mandato se basa en esa identidad y en la persona de Dios quien lo manda.
El primer llamado es a Él porque la Gran Comisión nos debe llevar en primer lugar al Gran Mandamiento: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—.Mateo 22:37 NVI. Con esta base, el Id y hacer discípulos en todas las naciones será resultado de la relación con Él. Un punto interesante es que, en la Gran Comisión, Jesús no nos da a detalle el lugar, “a todas las naciones” -lo cual implica desde donde estás: tu familia, tu trabajo, tu escuela, etc. - ni un tiempo específico. Nos promete que estará con nosotros siempre, así que tu llamado no tiene una fecha de caducidad.
En segundo lugar, el llamado está alineado con la voluntad de Dios. El profesor Henry Blackaby en su libro “Mi experiencia con Dios” hace una observación interesante:
“En cuanto a tratar de saber y hacer la voluntad de Dios, muchos se preguntan: ¿Cuál es la
voluntad de Dios para mi vida… La pregunta: "¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida?" no es la pregunta correcta. Me parece que la pregunta correcta es: ¿Cuál es la voluntad de Dios? Una vez que sé la voluntad de Dios, puedo ajustar mi vida a ella. En otras palabras, ¿qué es lo que Dios se propone hacer donde yo estoy? Al saber lo que Dios está haciendo, entonces puedo saber lo que necesito hacer. El enfoque tiene que estar en Dios, ¡no en mi vida!” 1
El tener una relación cercana con Dios, a través de un devocional diario escuchando Su Palabra, estudiándola y sobre todo relacionándola con tus acciones, relaciones y decisiones, te llevará a conocerle cada vez más y con esto ir conociendo Su voluntad y como tu vida se relaciona con ella.
1 Henry Blackaby & Claude king, “Mi experiencia con Dios”, ed LifeWay Press, 2012. Pp.
El Señor te creó, Él te conoce incluso mejor de lo que te conoces a ti mismo. Te ha entretejido desde que estabas en el vientre de tu madre (Jeremías 1:5; Salmo 139:13)-cada atributo, habilidad, personalidad, etc. que hay en ti, tiene que ver con Él.
A menudo tengo conversaciones con jóvenes que están buscando cómo servir a Dios y me llama la atención que muchas de estas conversaciones resaltan el hecho de un cambio requerido en la persona. El escritor John Ortberg en su libro “El ser que quiero ser: conviértete en la mejor versión de ti mismo” lo expresa de la siguiente manera:
“Antes de que Pablo encontrara a Jesús, era un fanático brillante y apasionado que perseguía a la gente. Después de eso, se convirtió en un fanático brillante y apasionado que se sacrificó por las personas.”2
El carácter de Pablo no cambió, su propósito y razón de ser sí. Tus habilidades, destrezas, y artes pueden ser de gran ayuda para que más personas escuchen de las Buenas Nuevas, que le conozcan y que aprendan a obedecer todas Sus enseñanzas. Responder a un llamado te puede costar todo, pero tu corazón estará cercano a la voluntad del Padre. Si estás deseando servirle al Señor, busca Su persona en cada versículo que lees, enfócate en tu relación con Él, amarlo cada vez más y verás cómo tu vida se ajusta a Su voluntad, la cual de acuerdo con Romanos 12:2 es buena, agradable y perfecta.
Hay un teléfono rojo sonando. Hay gente en peligro. Tu conoces al héroe. Atrévete a contestar el llamado y ser esa conexión entre los dos.
1 Henry Blackaby & Claude king, “Mi experiencia con Dios”, ed LifeWay Press, 2012. Pp.14
2 John Ortberg “El ser que quiero ser: conviértete en la mejor versión de ti mismo”. P.154
Saludos
©2024 Cru. todos los derechos reservados.