Adviento

Día #6

¿Hasta cuándo, SEÑOR, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? ¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando? SEÑOR y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos. Así no caeré en el sueño de la muerte; así no dirá mi enemigo: «Lo he vencido»; así mi adversario no se alegrará de mi caída. Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Canto salmos al SEÑOR. ¡El SEÑOR ha sido bueno conmigo!

(Salmo 13 NVI)

Me encuentro haciendo una pregunta similar a la del salmista en estos días. ¿Hasta cuándo, Señor?

¿Cuánto tiempo seguiremos viviendo de la pandemia del coronavirus? ¿Cuánto tiempo han vivido las comunidades indefensas en tal dolor? ¿Cuánto tiempo seguirá la gente de nuestro país, e incluso la Iglesia, en tal desunión?

Aún no he encontrado la respuesta a estas preguntas. Pero encuentro consuelo en este salmo, no porque ofrezca respuestas, sino porque redirige mi mirada.

Porque al principio de este salmo, David se arrepiente y revela su ignorancia del tiempo de Dios. Clama por la salvación de sus enemigos.

Pero entonces David comienza a recordar quién es Dios, y responde a eso. No confía en el tiempo de Dios, sino en su perfecto amor. David no depende de la seguridad física, sino de la salvación de Dios, sin importar las circunstancias.

Aquí es donde debemos encontrar nuestro consuelo en estos tiempos difíciles. Nuestro mundo está roto, nosotros estamos rotos, nuestros enemigos buscan triunfar sobre nosotros. Pero sabemos qué nuestro Dios es para nosotros, y que Jesús volverá. Y hasta que regrese, debemos mantener los ojos en él.

Recuerda, es radical adorar a Jesús y esperar con fe Su regreso. A pesar de que seguimos escuchando historias desalentadoras, incluso cuando los villancicos de Navidad chocan con el cruel mundo que nos rodea, todavía podemos creer que Jesús es bueno.

Ora y Reflexiona

Tómate el tiempo para mirar más allá hoy. Anticipar el fin de la enfermedad, el dolor y la injusticia. Date cuenta de la tensión que experimentas al esperar ansiosamente el regreso de Cristo y celebrar que ya ha venido a la tierra para morir por nuestros pecados.

 

Elliott Dodge vive en Houston con su esposa y dos hijos, Indy y Mo. Le apasiona ver que la voluntad de Dios se hace en la Tierra como en el Cielo. Y normalmente empieza a escuchar música navideña el 1 de noviembre.

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