Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán. »Todo esto lo digo ahora que estoy con ustedes. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. (Juan 14:9, 25-27 NVI)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. (Hechos 2: 1-4 NVI)
¿Alguna vez te has sentido desconectado de la “alegría” de la Navidad? Después de todo, no puedes dar un descanso a tu vida del dolor y el sufrimiento hasta que termine la Navidad. Cuando la vida es un caos, la celebración puede parecer forzada, incluso fabricada. ¿Qué consuelo y alegría ofrece Dios cuando la vida duele?
A veces me pregunto qué se debe haber sentido al ser los discípulos de la Última Cena. ¿Te imaginas eso? Jesús, su mejor amigo y salvador, diciendo que se va? Se sintieron asustados, confundidos, indefensos, vulnerables y expuestos. ¿Qué les pasaría cuando Jesús se fuera? ¿Los estaba abandonando?
Jesús respondió a los verdaderos temores de sus discípulos prometiendo que aún lo verían, que enviaría el Espíritu Santo y les daría su paz.
Esta es la buena noticia: Dios quiere estar contigo en tu dolor, miedo y caos. La temporada de Adviento y Navidad no son simplemente celebraciones por lo que Dios hizo hace miles de años, sino también por lo que está haciendo por todos aquellos que confían en su Hijo ahora. Jesús es Emmanuel, Dios-contigo, aquí y ahora.
Encontramos consuelo y alegría cuando la vida duele porque Dios nos da su presencia hoy a través del Espíritu Santo. Si Jesús es el Señor de tu vida, esa es una verdad permanente para ti.
Ora y reflexiona
Pídele al Espíritu Santo que te muestre lo que significa “caminar de la mano” con Él, y comprueba “Cómo Ser lleno del Espíritu Santo”. Si nunca le has pedido a Jesús que entre en tu vida y esté contigo en todas las circunstancias, este puede ser un buen momento para considerar hacerlo.
Nick Audas es un apasionado de ayudar a otros a conocer a Jesús de una manera profunda. Lo hace constantemente a través de su papel como misionero en Cru®, sirviendo durante los últimos cinco años en la ciudad de Nueva York. Él y su maravillosa familia están ahora disfrutando del sol mientras sirven en Orlando, Florida.
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