Adviento

Día #11

Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer». Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho. (Lucas 2:15-20 NVI)

Esperas todo el tiempo. Esperas en la cola de las tiendas, esperas a que termine el comercial, esperas a que el semáforo se ponga en verde. Este año, esperaste a que la pandemia disminuyera para poder dejar tu máscara, permanecer a menos de seis pies de distancia de la gente y volver a las actividades públicas que te gustaban. Y esperar es difícil.

En el principio de los tiempos, Dios prometió enviar un Salvador. Durante miles de años, el pueblo judío esperaba que su rey gobernante llegara a la costa y se sentara en su trono.

En cambio, Dios envió a Jesús como un niño, nacido en un humilde pesebre. Anunció la llegada de Cristo enviando ángeles a humildes pastores que trabajan en el turno de noche en un campo cerca de Belén. Esta no era la expectativa del pueblo de Dios. Pero era todo lo que estaban esperando.

“¡Buenas noticias!” dijo un ángel. “Jesús ha nacido. Él es Cristo, el Señor, que salvará a la gente de sus pecados. Puedes encontrarlo en Belén, tirado en un pesebre.”

Luego vino el coro: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra, paz entre los hombres en los que Él se complace”. Luego los ángeles se desvanecieron en la oscuridad.

Atando sus ropas, los pastores corrieron hacia Belén y encontraron a Jesús tal como los ángeles dijeron que lo harían. Los pastores, ahora sin aliento, le contaron a María y José todo lo que había pasado. Y estaban asombrados por los detalles.

María guardaba sus palabras en su corazón. Posiblemente pensó: “Nuestra espera ha llegado a su fin. Él está aquí.”

Ora y Reflexiona

En esta temporada de Navidad, encuentra maneras simples de maravillarte con los regalos de gracia que Dios ha otorgado en días normales. Pídele a Dios que te dé momentos que puedas guardar en tu corazón.

Anne Marie Winz, miembro del equipo Cru® que sirve en el Proyecto Escolar Internacional, disfruta contando historias de ministerio. Cuando no está viajando, le gusta observar los pájaros. Está felizmente casada con Mark y tiene dos hijos talentosos.

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