Piensa en algo tan simple como el canto de un gallo: en España, se oye como "quiquiriquí", mientras que en Estados Unidos resuena como "cock-a-doodle-doo". Esta diversidad en la interpretación de un simple sonido es un reflejo claro de cómo nuestras experiencias, cultura y hasta la posición dentro de nuestras familias influyen en la manera en que vemos y entendemos el mundo, incluyendo las sagradas escrituras.
Considera, por ejemplo, cómo la palabra de Jesucristo, siendo única y eterna, es interpretada de formas variadas a lo largo y ancho del mundo. Desde un cristiano en Irán, donde la persecución es una realidad diaria, hasta otro en la tranquilidad de Bolivia, las diferencias en la comprensión son palpables y profundas. Aquí es donde el famoso sociólogo Peter Berger nos ofrece una clave: nuestra interpretación de la realidad está profundamente influenciada por nuestro entorno social. Nos proporciona normas, valores y prácticas que moldean nuestra interpretación del mundo y, por supuesto, de las escrituras.
Frente a este panorama, la necesidad de reflexionar sobre nuestras propias visiones se vuelve crucial. Y es aquí donde la exégesis y hermenéutica en comunidad juegan un papel fundamental. Estos grupos no son simplemente reuniones para estudiar pasajes bíblicos; son verdaderos encuentros de vidas, donde compartimos y contrastamos nuestras interpretaciones y experiencias. Al abordar las escrituras en comunidad, comenzamos observando qué quería decir el texto a su audiencia original y, a través de la discusión en grupo, cada participante trae a la mesa perspectivas que pueden haberse pasado por alto en un estudio individual.
La riqueza de estos grupos radica en su diversidad. Imagina un grupo compuesto por hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, chilenos y haitianos. Esta variedad no introduce discordancia, sino que enriquece el proceso interpretativo. Nos confronta a examinar nuestras visiones personales, eclesiales y sociales, ayudándonos a lograr una comprensión más profunda y matizada de las escrituras.
Por ello, si aún estás explorando la Biblia en solitario, te invito a considerar la rica experiencia de unirte a un grupo de exégesis y hermenéutica en comunidad. No solo enriquecerá tu entendimiento de las escrituras, sino que te integrará en una comunidad de aprendizaje y apoyo mutuo. Descubre cuán enriquecedora y profunda puede ser la Palabra cuando se estudia y se vive en compañía.
Gustavo Sánchez
Estrategias Digitales
Coordinador Cru Chile
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