Photo by Brittany Randolph/Flickr.
La depresión no se siente como cualquier otra enfermedad.
La depresión me asustó. Me sentía ahogado en un abismo de miedo. Me miraba al espejo y no me reconocía o, peor aún, odiaba a la persona que veía. Llegué a contemplar formas de acabar con mi vida, porque me sentía completamente desesperado.
Para un cristiano, la depresión a menudo tiene dos lados: una espiral descendente y al mismo tiempo, odiarse a sí mismo por estar en esa espiral. Se siente como algo que debería poder rezarse para que se vaya.
Si no estás seguro de si tu ser querido está realmente deprimido o tienes miedo de dejarlo solo por lo que pueda hacer, aquí hay 3 cosas que tu amigo necesita de TI ahora mismo:
Tu presencia. Tu amigo no necesita soluciones, consejos o discursos motivacionales. Necesita a alguien que se siente a su lado y lo abrace mientras llora. Necesita a alguien que le haga preguntas y trate de entender por lo que está pasando. Puedes preguntarle a tu amigo, "¿Cómo estás?" Pero una mejor pregunta sería "¿Cómo ha sido tu día hoy?"
Enviar un texto. Chequear, a menudo. Orar por y con él si él se siente bien con eso.
(Nota: si temes que tu amigo está considerando el suicidio, encarecidamente anímalo a que busque ayuda profesional de un médico o un consejero de inmediato.)
Presta atención para sus necesidades físicas. La depresión es fisiológica, no solo psicológica. Nunca olvidaré cuando mis amigos Niccole y Scott llegaron a mi apartamento con flores frescas y tacos de pollo caseros. No preguntaron si mi esposo y yo necesitábamos cena. Simplemente la trajeron. "No quieres cocinar cuando las cosas están así," dijo Niccole.
Saca a tu amigo de la casa para dar un paseo. Invítalo a unirse a ti en algo que harías de todos modos.
Paciencia. Probablemente no va a ser divertido estar cerca de él. Las funciones sociales pueden parecer imposibles para él. La charla trivial podría hacer que quiera arrancarse el pelo. Pero necesita saber que es amado.
La voz en la cabeza de tu amigo que le dice que debe hacer más y ser más probablemente es parte de lo que causó su depresión. Necesita tu amable recordatorio de que incluso en su inactividad, es perfectamente aceptable para Jesús y amado por Él.
Amar a una persona deprimida es agotador y exigente. No había una solución rápida y fácil para mí, y mi esposo a menudo se sentía desamparado. Así que recuerda extender la gracia a ti mismo. Necesitas amigos confiables que te ayuden a procesar tus propios sentimientos.
Cuando estaba en el abismo, rara vez sentía el amor o la presencia de Dios. Cuando estaba leyendo la Biblia o clamando a Él, escuchaba su silencio y sentía su ausencia.
Pero experimenté su amor y cuidado a través de otros.
En los momentos más oscuros, seguí llorando, "Dios, ¿dónde estás?"
Pero ahora me doy cuenta, Él estaba allí a través de mi esposo. Él estaba allí a través de amigos como Niccole y Scott.
Él estaba allí, y estará allí. Contigo.
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