Uno de los gatillantes más comunes de discordia en el matrimonio es el propio conflicto; nos molestamos porque estamos constantemente en desacuerdo.
Cuando cada pequeña irritación se transforma en motivo de discusión, comienza una espiral descendente: ¿Por qué es tan complicado? ¿Por qué debe quejarse de todo?
Las parejas pueden prevenir los conflictos antes de que estos empiecen. Aquí van cinco consejos prácticos para salir de esa dinámica puramente funcional y encaminarse hacia un matrimonio renovado.
Para triunfar en cualquier aspecto de la vida, debes mostrarte presente. Asististe a la boda; ¿por qué desentenderte del resto del matrimonio?
El compromiso implica encontrar tiempo para estar juntos. No se trata solo de tachar una tarea más de la lista; se trata de compartir momentos en los que ambos estén mental y físicamente presentes. Significa hacer actividades que realmente les permitan interactuar, más allá de ver películas o series. Se trata de tomarse el tiempo para desconectar de las obligaciones y centrarse en disfrutar juntos, como amantes, no solo como compañeros de vida.
Este tipo de tiempo es difícil de encontrar. Si hace tiempo que no se dedican a fortalecer su relación, al principio puede ser más difícil aún decidir qué hacer con esos momentos juntos.
Durante años, el error fue llevar nuestros calendarios a cada salida. Terminábamos cada almuerzo planificando la semana, hablando de los niños, el dentista, la reparación del auto, la lavandería...
¿Cuándo fue la última vez que le preguntaste a tu pareja su opinión sobre el arte, la política o Dios, más allá de las actividades rutinarias? A veces, es fundamental hablar de temas diferentes.
Samuel Johnson dijo: "El elogio, al igual que el oro y los diamantes, debe su valor a su escasez".
Hemos aprendido que el conflicto aumenta a medida que disminuyen el reconocimiento y el ánimo. No es suficiente con no criticar; es crucial expresar aprecio y aliento activamente.
La Biblia pone un gran énfasis en la importancia de la gratitud. Expresar agradecimiento no solo beneficia a quien lo recibe, sino que también mejora la perspectiva de quien lo expresa, suprimiendo las quejas y cambiando su enfoque hacia lo positivo.
Proverbios 19:11 dice: "La sensatez del hombre aplaca su ira; es su gloria pasar por alto la ofensa". La gracia consiste en ignorar los errores. Esta actitud no solo fomenta el respeto, sino que también promueve la generosidad y el perdón mutuos.
Trabajen para crear un ambiente en el hogar donde las pequeñeces no causen tanto trastorno. No subestimen el poder de este enfoque: la vida está llena de detalles menores.
En resumen, la gracia no es un principio aislado, sino el resultado de aplicar los cuatro anteriores. Cuando pasan tiempo juntos como amigos y amantes, cuando se colman de aliento y reconocimiento, y cuando tienen la costumbre de agradecer incluso por las pequeñas cosas, la atmósfera de generosidad y buena voluntad que se crea es, en sí misma, una manifestación de gracia.
El conflicto genera conflicto, y por eso cada pareja debe enfocarse en prevenirlo antes de que surja. Hablen entre ustedes, anímense y agradezcan, y permitan que la gracia abunde. Descubrirán que están creando un ambiente donde el conflicto no tiene lugar para crecer.
Adaptado con el permiso de Moody Publishers, copyright 2010. Todos los derechos reservados.
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