Parece que fue ayer cuando estábamos frente a esa gran pared de mochilas en el Líder, buscando la mochila perfecta que reflejara su personalidad de cinco años. Luego, revisamos entre cajas de lápices gruesos y tijeras Fiskar de punta redondeada. Estaba un tanto abrumada por la emoción y el asombro. ¿Cómo pasaron tan rápido estos cinco años?
Hoy me encontraba de pie con esta misma dulce niña en Casa&Ideas, eligiendo el juego de cama perfecto que se ajustara a su presupuesto universitario. Buscamos sábanas y almohadas a juego para completar el conjunto. La emoción me abrumaba aún más en esta ocasión. ¿A dónde se fueron esos dieciocho años?
Estoy entusiasmada por el viaje que le espera, aunque mi corazón se siente un poco triste. ¡Extrañaré su sonrisa y su canto constante! Tendremos un lugar vacío en nuestra mesa, y cuando hagamos recados, podremos usar el auto de siempre. Ella nos va a hacer mucha falta.
Pero luego me recuerdo a mí misma que ella es una hija de Dios y que sus planes para ella son mucho mejores que los míos. El camino que tiene por delante será divertido, lleno de aventuras, con, esperemos, solo unos pocos desafíos y baches en el camino.
La universidad es un tiempo en el que muchos jóvenes buscan encontrarse a sí mismos y desarrollar su propia visión del mundo. Como equipo, tenemos el privilegio de encontrarnos con ellos donde están, ofrecerles una comunidad a la que puedan pertenecer y compartir con ellos la buena nueva de Jesús.
Al comenzar un nuevo año académico, pido unidad con los compañeros, que los líderes den un paso al frente y que los estudiantes se sientan acogidos. Que el Señor otorgue sabiduría en el ministerio, audacia en la fe y una abundancia de recursos para llevar a cabo la tarea que tienes por delante.
Y no olvides darle un saludo especial a esa mamá que por primera vez deja a su hijo en la universidad. La reconocerás porque lleva unas gafas de sol grandes y sujeta una caja de pañuelos bajo el brazo.
"Porque yo sé los planes que tengo para ti, declara el Señor, planes de bienestar y no para dañarte, planes para darte esperanza y un futuro". Jeremías 29:11
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