Pablo fue uno de los primeros líderes de la Iglesia, y él escribió mucho sobre el Nuevo Testamento. En su carta a la Iglesia de Romanos, Pablo habla sobre la transformación. Él les cuenta a sus lectores “Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para qué él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29, Nueva Versión Internacional). El proceso de ser conformado a la imagen de Jesús es lo que los seguidores de Jesús lo llaman “crecimiento espiritual”.
El crecimiento espiritual es el trabajo de Dios. Si eres un seguidor de Jesús, es por gracia que nos transforma y nos cambia. Pero el hecho que sea el Espíritu Santo quien está trabajando dentro de ti no significa que tu no hagas tu parte. Hay cosas que debes hacer como respuesta al trabajo del Espíritu para escucharlo y experimentar un crecimiento espiritual saludable. Estas cosas tradicionalmente se han llamado “disciplinas espirituales”.
¿Cómo funcionan las Disciplinas Espirituales?
Cuando le habla a un joven pastor llamado Timoteo, Pablo lo alienta a “entrenarse a si mismo para ser lleno de Dios”. Él explica “Aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la devoción es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente, sino también para la venidera” (1 Timoteo 4:7-8, NVI). La similitud entre el entrenamiento físico y espiritual es informativa.
Si quisieras ser un gimnasta a nivel olímpico, tu vida diaria sería definida por ciertas disciplinas. Algunas te ayudarían a hacer cosas que antes no podías. Estas incluirían entrenamiento de resistencia, fuerza y condicionamiento.
Esos no son los únicos tipos de disciplinas que necesitarías. Tú también necesitarías cortar con ciertos hábitos que no cooperarán con tu desempeño atlético. Te irías a la cama más temprano, ya que deberías levantarte temprano para ejercitarte y comerás más sano. De hecho, tu dieta se volvería muy específica y calculada.
Las Disciplinas Espirituales trabajan de la misma forma. Leer la Biblia es como una “Super-Cargada” dieta espiritual. Te brinda materia prima que el Espíritu usa para renovar tu mente y transformar tu corazón. Pero deber incorporar otras disciplinas que te ayuden de otra manera. Por ejemplo, ayunar es una disciplina que fomenta la gratificación de forma tardía y la autodisciplina.
Hay algunas disciplinas, como el estudio de la Biblia y la oración, que todo Cristiano debería practicar, pero hay otras que algunas personas podrían beneficiarse durante un periodo de tiempo. Es esencial que nos demos cuenta de que cualquier cosa puede ser una disciplina espiritual si genera mejores hábitos, te hace consciente de la presencia de Jesús o cambia actitudes que hacen que el crecimiento sea dificultoso.
Digamos que reconoces que tienes una tendencia a ser negativo y sabes que ser más agradecido podría transformar tu perspectiva. Podrías decir “Voy a dejar de ser tan pesimista” Pero eso es tan inútil como una persona sedentaria sentada en un sillón diciéndole a sí misma que va a correr una maratón.
Debes tomar pequeños pasos para hacer el cambio que tu deseas. Para luchar contra la negatividad, debes desarrollar nuevos hábitos como:
Empezar tus mañanas agradeciéndole a Dios por cosas específicas de las que eres grato
Escribir tres notas cada mañana a tres personas diferentes que hicieron algo elogiable
Crear un frasco de negatividades en el que pones 50 centavos cada vez que te encuentras a ti mismo diciendo algo innecesariamente crítico.
Probablemente solo hagas estas cosas por unas semanas o meses, y quizás te encontrarás que te llevan a otras ideas. Prácticas como estas son disciplinas espirituales que te ayudan a desarrollar habilidades, actitudes o hábitos que antes no tenías. Cualquier práctica que incorporas y te ayuda a crecer espiritualmente es una disciplina espiritual.
Abajo hay algunas disciplinas específicas que los Cristianos han practicado por años. La primer parte de la lista contiene prácticas que todos los creyentes deberían hacerle un espacio en su vida. La segunda parte, examina prácticas Cristianas a lo largo de los años que se han beneficiado gracias al transcurso de varios siglos.
Disciplinas Espirituales primordiales
Para los seguidores de Jesús, hay disciplinas espirituales que no son negociables. Si quieres crecer en tu fé, estas definitivamente deben ser parte de tu vida
Lectura Bíblica
Una de las primeras disciplinas que los Cristianos deberían priorizar es leer la Palabra de Dios. Es importante que los Cristianos sean familiares con las Escrituras. Esto significa lectura devocional de forma regular. Cómo haces que la lectura de la Biblia sea una disciplina depende de ti. Probablemente, es un capítulo al día o múltiples capítulos en un fin de semana. Cualquiera sea el caso, es primordial que pases tiempo familiarizándose con las Escrituras.
Estudio Bíblico
El estudio Bíblico es una disciplina que la lectura devocional. El objetivo es examinar las Escrituras para mayor entendimiento. Cualquiera se puede beneficiar de leer las Escrituras, pero cuando inviertes tiempo en comprender la Biblia más profundamente, te da una mejor comprensión de lo que comunican las Escrituras y cómo puedes aplicarlo a tu propia vida.
Memorizar la Biblia
Una tercera forma que puedes incorporar las Escrituras dentro de tus disciplinas es memorizando pasajes clave. Estos pueden ser pasajes que son particularmente significativas, que te ayudan a compartir tu fé con otros o que de alguna forma pueden ser provechosos en algún momento. Cuando internalizamos la Escritura, el Espíritu Santo encuentra formas para hacerlas cobrar vida.
Algunos pasajes para comenzar son:
Salmo 23: Este salmo alienta a los Cristianos a lo largo de los años a poner su fé en el amor de Dios, incluso en sus momentos más oscuros
Mateo 5:1-12 ; En el pasaje más famoso ya predicado, Jesús nos da las Buenas Nuevas. Este pasaje se enfoca en las bendiciones que vendrán para aquellos que muestren ciertas características Cristianas
Mateo 6:5-15: Durante el Sermón del Monte, Jesús también nos da el Padre Nuestro. Este pasaje nos ofrece el contexto ideal para la oración diaria
Romanos 3: 21-26- Cuando se trata de compartir tu fé con alguien, vas a querer resumir el Evangelio de una forma clara y concisa, Pablo nos da una buena base para hacerlo aquí.
Orar
Es casi extraño pensar en la oración como una disciplina espiritual. Después de todo, si genuinamente crees en la presencia de Dios, que Él está escuchándote y disponible para ti, no hay cómo no darle importancia a la oración. Pero si no te acercas a la oración con un “mindset” de disciplina espiritual, no ocurrirá con la frecuencia y la intensidad que debería ocurrir.
Si no has establecido un horario para orar, considera establecer uno. La oración es demasiado importante como para intentar realizarla cuando solo cuando la ocasión te lo permite.
Generosidad
Ser guiados significa pensar y usar nuestras posesiones en la luz de que Dios es el dueño de todo y nosotros somos quienes lo administramos. La generosidad es una disciplina primordial que entrena a los seguidores de Jesús a administrar mejor los recursos de Dios y como ser agradecidos y apreciar las bendiciones que Dios nos brinda.
Hacer la generosidad una disciplina espiritual significa ser intencional y estratégico sobre cómo das. Planificar dar cuando la oportunidad se presenta en si no es el tipo de acto que hace que sea una disciplina, ser regular e intencional dando es la clave.
Compañerismo
Desde el comienzo, el mensaje de Jesús fue que el reino de Dios estaba cerca. Esto era más que una invitación a relacionarnos con Dios; también era una invitación a reconciliarnos y relacionarnos con los demás. La mayoría del Nuevo Testamento hace énfasis en la relación de la Iglesia con Dios como su pueblo, por lo que es importante hacer un espacio en tu vida para otros.
Hay numerosas formas de hacer que el compañerismo sea una disciplina, pero una obvia es estar comprometido con la iglesia y asistir regularmente. Más allá de esto, puedes crear un plan para acompañar o ser acompañado o buscar formas para ser intencional en las relaciones.
Ayuno
El pueblo de Dios ha usado el ayuno como una disciplina a lo largo de la historia. Típicamente ayunar es negarte el alimento a ti mismo para enfocar tu atención en la oración y otras búsquedas espirituales. Durante el cautiverio en Babilonia, el profeta Daniel practicó en una forma muy especifica el ayuno, en donde se prohibía comer comidas de rico (Daniel 10: 2-3)
Muchos Cristianos han integrado el ayuno a sus vidas de diferentes formas. Algunos lo utilizan periódicamente para enfocarse en la oración y practicar la negación propia. El pastor del siglo 18 John Wesley ayunaban regularmente dos días a la semana y animaba a otros a hacerlo también.
La comida no es la única cosa de la que puedes ayunar. A veces es saludable ayunar de las redes sociales, plataformas digitales de televisión, u otras cosas que pueden distraerte de buscar al Señor.
Disciplinas Espirituales útiles
Cuando consideramos otras disciplinas espirituales, la llave para obtener el mayor beneficio se trata de escoger prácticas que tengan que ver con nuestras debilidades u oportunidades. Es esencial encontrar formas de compensar algunos malos hábitos que tan fácil agarramos del mundo. Las siguientes disciplinas cristianas se han usado al pasar de los años para incrementar nuestra fe y crecer más cerca de Jesús.
Silencio
El mundo está lleno de constante ruido y distracciones. Muchas personas no pueden encontrar 20 minutos de silencio en un día completo. Este bombardeo de estímulos hace dificultoso ser espiritualmente presente y seguir la dirección de Dios.
Muchos reservan durante el día un momento donde pueden estar tranquilos y conscientes de la presencia de Dios. Esto puede ser media hora de silencio al final de tu día o algo tan simple como no prender la radio en el auto. Este hábito trata de ser estratégico e intencional en cómo hacemos un rato para el Espíritu Santo.
Simplicidad
Existe una fuerte fuerza cultural en encontrar valor y significado en los que tenemos y en lo que hacemos. Como una disciplina, la simplicidad busca contraponer esta influencia al estimular a que queramos menos y prioricemos nuestro foco y tiempo de una mejor manera.
La simplicidad puede ser algo como minimizar lo que poseemos y deshacernos de las cosas que no necesitamos. También puede ser establecer restricciones respecto a las cosas que vamos adquiriendo. Para las personas que les cuesta rechazar oportunidades y bajar las expectativas, la práctica de la simplicidad puede ser encontrar formas de priorizar nuestro tiempo de mejor manera y ser más productivos mientras hacemos menos.
Festejos
No tienes que leer mucho en el Antiguo Testamento para descubrir cuán serio Dios se toma el celebrar. Dios animó a que se realicen encuentros festivos para conmemorar su bondad, fé y provisión (Éxodo 12:14-20). Estas actividades son esenciales ya que crean la oportunidad de recordad los que Dios ha hecho y alienta a que expresemos nuestro deleite.
Los Cristianos deberían ser conocidos por su felicidad. Si hay alguna área en la que tienes dificultades, puede ser una buena idea pensar en formas de buscar y expresar felicidad. Esto podría ser encontrar alguna forma de celebrar pequeños triunfos de amigos y tus personas amadas. Quizás tratar de usar un año para escribir diariamente sobre las cosas que Dios está haciendo en tu vida, o organizar una gran celebración todos los años, invitar a las personas más cercanas a ti y recordar la gracia de Dios.
Aprendiendo a Permanecer en Cristo
Jesús le dijo a sus Discípulos como debían crecer:
Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. 5 »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada (Juan 15: 4-5, NVI)
Es fácil asumir que permanecer en Jesús es una actividad pasiva, pero es una de las cosas más activas que puedes hacer. Requiere una actitud intencional. Lo puedes ver en la propia vida del Señor: Él oró (Lucas 5:16), leyó las escrituras (Lucas 4:17-21), ayunó (Mateo 4:2) y caminó en comunidad (Lucas 22:7-23)
Las disciplinas espirituales son herramientas para mantener nuestra conexión con Cristo. Como permaneces en Él mediante las disciplinas espirituales, así comienzas a producir fruto.
Traducción al español por:
Micaela Cadenas, Estudiante de Medicina de la Universidad Nacional de la Matanza
Buenos Aires, Argentina
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