Compartir su testimonio es una de las mejores maneras de encontrar un terreno común con un no creyente. Su testimonio es simplemente la historia de lo que Cristo ha hecho en su vida. No tiene que ser largo; de hecho, tres minutos es la duración adecuada para cualquier situación. Mientras cuenta su historia, divídala en tres partes:
Un testimonio bien preparado puede tener un impacto directo en casi todas las situaciones de testimonio. Puede ser una de sus herramientas más efectivas para testificar, ayudándole a presentar a Cristo de una manera clara, atractiva y personal.
(Por cierto, si te convertiste en cristiano a una edad temprana, tu testimonio debe presentarse desde la perspectiva de cuándo comenzaste a experimentar un crecimiento significativo en tu vida cristiana).
Si siente que no ha desarrollado su testimonio de su máximo potencial, los siguientes "hacer" y "no hacer" le ayudarán.
Vincula tu testimonio a la conversación.
Sé claro en cómo llegaste a Cristo.
Use ejemplos específicos para hacer su historia real.
No use la jerga cristiana que los no cristianos no entenderán.
No exageres
No mencione los nombres de denominaciones o grupos de iglesias.
Cuando diga su testimonio, sea lo más específico posible, humorístico si es apropiado, y muy claro al explicar cómo invitó a Cristo a su vida.
Debe escribir y memorizar su propio testimonio de 3 minutos.
Practique entregarlo conversacionalmente, tal vez con un amigo.
Te sorprenderá la frecuencia con la que será útil, y lo efectivo que puede ser para ayudarte a pasar de una conversación informal al evangelio real.
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