A menudo, cuando las personas leen estos versículos, son capturados por el pensamiento de que dejaron sus redes inmediatamente cuando Jesús los llamó. Y eso no es poca cosa. Sin embargo, me sorprende que Jesús dijera que les mostraría cómo pescar personas.
Jesús nos dice su propósito principal al llamar a estos hombres: "os haré pescadores de hombres". No solo serían compañeros o compañeros de viaje, él deseaba enseñarles algo: sería su discipulador.
Él les enseñó a pescar hombres, pero al igual que cualquier buen discipulador, les enseñó y modeló muchas otras lecciones cruciales; cómo orar, quién es el Espíritu Santo, qué hacer después de irse y el amor de Dios, por nombrar unos pocos.
De la misma manera que Jesús llamó a sus discípulos hace 2.000 años y dejó en claro su objetivo principal, debemos dejar claro nuestro objetivo cuando comenzamos a discipular a otra persona.
"Me encantaría que nos reuniéramos regularmente, ya que me gustaría enseñarte las bases de ser un seguidor de Cristo".
“Me gustaría invitarte a que vengas a mi casa. Podríamos hablar sobre la Biblia y lo que Jesús enseña acerca de ser su discípulo. Los niños podrían jugar arriba mientras nos reunimos".
“La sala de conferencias está abierta durante el almuerzo. Podríamos reunirnos una vez a la semana allí, ya que me gustaría enseñarte algunas lecciones fundamentales sobre caminar con Cristo".
Nos comprometemos personalmente en el discipulado cuando iniciamos relaciones con el propósito de ayudar a otros a parecerse más a Cristo. En lugar de ser un evento único como la salvación, el discipulado es un proceso continuo, un viaje a través del cual transferimos lo que hemos ganado en nuestra relación con Cristo hasta este punto a otra persona.
Este versículo enfatiza que hacer discípulos no es simplemente una buena sugerencia, no solo algo para hacer cuando hemos logrado todas nuestras otras metas en la vida. Estamos, en el poder del Espíritu Santo, para contarles a los demás las buenas nuevas de Jesucristo y hacer discípulos. Cualquier cosa que hayamos aprendido hasta este momento acerca de Dios y Su Palabra, debemos enseñar a los demás.
Considerar:
¿Cómo te sientís al enseñarle a otro cómo crecer en su relación con Cristo?
¿Podría usar uno de los ejemplos anteriores e iniciar con una reunión con la persona esta semana?
¿Tienes espacio en tu agenda para hacer tiempo de discipulado?
Para obtener más consejos sobre cómo hacer discípulos, consulte nuestra sección de discipulado.
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